LOCKHEED F-35A POR FIN OPERATIVO

El avión de combate más caro del mundo ya está listo para volar oficialmente, después de un larguísimo proceso de desarrollo repleto de sobrecostes y dudas sobre su viabilidad técnica. Quince años después de adjudicar a Lockheed Martin el contrato, la Fuerza Aérea Norteamericana ha dado al F-35A, la primera versión de este cazabombardero, su visto bueno.


El F-35A Lightning II es un avión de combate de quinta generación: un concepto generacional que hace referencia, entre otras cualidades, a su capacidad furtiva (tecnología «stealth»); es decir, imposibilidad de ser detectado por radares enemigos. Algo que comparte con el F-22 Raptor. Junto a la multinacional Lockheed Martin participan en este proyecto Northrop Grumman, BAE Systems y Pratt & Whitney (motores)
Otros países como Reino Unido, Israel, Japón, Corea del Sur, Australia, Japón, Dinamarca, Noruega, Italia y Holanda son países cuyas fuerzas aéreas prevén operar el F-35. 

Hay que recordar que el F-35 también tiene capacidad de despegue/aterrizaje vertical, lo que en su versión navalizada podría integrarse en la flota de un portaaviones. Por ejemplo El F-35 es la pieza clave para los dos nuevos portaaviones de Reino Unido. Los costosos navíos fueron diseñados y han sido construidos con la idea de usar en ellos el F-35, y ningún otro caza podría adaptarse ahora a ellos. Reino Unido mantiene firme su compromiso de hacerse con 138 unidades del modelo B del F-35.



En últimas fechas Lockheed Martin Corp., ha advertido de que en las condiciones de contratación actuales, y tras activar la cadena de producción, ha incurrido en deudas superiores a los 3.000 millones de dólares que deberían cubrirse mediante una renegociación de los contratos.

El primer vuelo tuvo lugar en febrero de 2006, pese a más de 10 años de pruebas desde entonces, y pese a que sobre el papel la primera de sus versiones ya está teóricamente lista -en realidad no ha sido desplegada nunca-, apenas hace unos días  la USAF declaró como listo para el combate al nuevo avión, tal y como anunció el general Hawk Carlisle, jefe del Mando Aéreo de Combate. De este modo, los Estados Unidos suman el F-35 a su arsenal de cazas disponible. El general Carlisle elogió el rendimiento de la nueva aeronave disponible para el combate, y señaló que el F-35 había cumplido todos los criterios clave para alcanzar la capacidad operativa inicial: aviadores entrenados, tripulados y equipados para llevar a cabo operaciones de apoyo aéreo, interceptación de aeronaves o destrucción de las defensas antiaéreas enemigas. Todo ello con el necesario apoyo logístico.

La aprobación se produce casi un año después de la que realizó el cuerpo de Marines, pero es aún más relevante por cuanto éste ha encargado 420 aviones en total (340 F-35B y 80 F-35C), mientras que las fuerzas aéreas se van a hacer con la friolera de 1.763 aparatos.


El trámite permitirá la formación del primer escuadrón dotado con estos aparatos, que estará localizado por el momento en la base aérea de Hill, pero que podrá ser desplegado ya en misiones de combate en todo el mundo.

Dentro del Pentágono se reconoce que el avión está lejos de ser perfecto y no cumple muchas de las promesas que se habían hecho inicialmente. En palabras de un responsable, "lo necesitábamos".

"Si miras a los enemigos potenciales que hay ahí fuera, los entornos en los que potencialmente tendremos que operar esta aeronave, los atributos que nos brinda el F-35A son necesarios para la nación", asegura el responsable, que detalla esas cualidades: es invisible al radar, cuenta con un amplio arsenal de armas de guerra electrónica, y numerosas funciones que integran la información en tiempo real para golpear con precisión al enemigo.


Con este paso, Estados Unidos está un poco más cerca de desatascar un proyecto cuyos costes se han disparado hasta los 379.000 millones de dólares, y que ha puesto en tela de juicio la capacidad del país para seguir liderando la maquinaria tecnológica militar.

Los últimos empujones al proyecto no han venido sin embargo de la mano del Pentágono, sino de la presión conjunta de otros países que podrán acceder a este super caza, como es el caso de Reino Unido, y de la entrada en el mercado de alternativas más baratas y listas para entrar en combate, como el Gripen E de Saab.


El Departamento de Defensa planea adquirir, a lo largo de varios decenios, 2,500 cazas F-35, valorados en 379.000 millones de dólares. 

Fotos: Lockheed Martin


Comentarios

Entradas populares