Los últimos PC-7 mexicanos
Por: José Antonio Quevedo
Con la llegada del T-6C Texan II a las filas de la Fuerza
Aérea Mexicana (FAM), comenzó el retiro gradual del que fue el avión táctico
más numeroso de esa fuerza, el Pilatus PC-7, todos los aviones restantes,
alrededor de treinta, se concentraron en la Escuela Militar de Aviación, en
Zapopan Jalisco, donde realizan ahora labores de adiestramiento, aunque
conservan su capacidad de ataque a tierra, estando listos para cualquier
contingencia. Desde el comienzo de su sustitución se han ido preservando varios
en diferentes instalaciones militares, plazas públicas y museos.
Durante FAMEX 19, en el marco del espectáculo aéreo se
conoció que los Escuadrones Aéreos 201, en Cozumel, 202, en Tuxtla Gutiérrez,
203 en Ensenada, 204 en Hermosillo y 205 en Chihuahua estaban ya equipados con
el T-6C, asumiendo ya los roles de para misiones de vigilancia y
adiestramiento.
El diseño y construcción del PC-7 además de su fácil
mantenimiento lograron que se adaptara rápidamente en la Fuerza Aérea Mexicana
que llego a operar cerca de 88 aparatos. Los primeros ejemplares llegaron para
la Escuela Militar de Aviación, para posteriormente equipar a los escuadrones
tácticos.
El Pilatus PC-7 fue adquirido como entrenador de transición y
terminó siendo un avión multipropósito en la FAM. Su bautismo de fuego, en
1994, le dio la capacidad de demostrar sus verdaderos “dientes” convirtiéndose
en uno de los principales elementos de combate de la FAM.
Con la llegada de un nuevo gobierno mexicano en diciembre de
1976, se proyectó dotar a las Fuerzas armadas de equipo moderno y adecuado para
un mejor desempeño de sus misiones, dentro de este plan se contemplaba la
adquisición de aviones supersónicos de combate, los entrenadores que equipaban
a la FAM el AT-6 y el T-28 Trojan eran inadecuados ya para esa función, por lo
que el PC-7 resultaba ideal para hacer la transición a cualquier avión
supersónico.
En 1994 el PC-7 fue elemento importante para replegar a los
rebeldes del autodenominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
durante el levantamiento de ese grupo guerrillero en los primeros días de 1994,
los PC-7 de los Escuadrones 201, 205, 206 y 207 efectuaron numerosas misiones
de reconocimiento en contra del grupo rebelde, deteniendo su hasta entonces
exitosa ofensiva. Al inicio del conflicto los guerrilleros le declararon la
guerra al gobierno de México, iniciando ataques a instalaciones militares.
Los PC-7 operados en la Escuela Militar de Aviación portaron
un color amarillo para distinguirlos como avión de adiestramiento mientras que
los que operaban los Escuadrones Aéreos llevaban un camuflaje de tres tonos y
la parte inferior en color gris claro. Con la reorganización de la FAM todos
los aviones de flota PC-7, pasaron a ser de un color verde obscuro. En los
últimos años las funciones del PC-7 han sido de apoyo aéreo, reconocimientos,
interceptación aérea y adiestramiento.
El PC-7 está equipado con un motor turbohélice Pratt Whitney
de 650 H.P. y una hélice Hartzell de tres palas. Es biplaza, con asientos
delantero y trasero, monoplano de ala baja, con tren de aterrizaje eléctrico
triciclo retráctil. Entre las principales características del PC-7 podemos
contar una construcción ligera pero reforzada.
Su principal rol es el de entrenador avanzado, pero al contar
con seis puntos duros bajo sus alas, le otorgan cierta capacidad de ataque
ligero, se les puede artillar con pods con ametralladoras simples de calibre
.50 o dobles de calibre 7.62 mm, tubos lanzadores de cohetes de 2.75 pulgadas o
bombas ligeras, para misiones de apoyo aéreo cercano y patrulla.
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