Cazando Halcones Negros
Por Mariano García
Es sábado, son las 6 am y estamos
abordando un vuelo de Volaris que va
directo de la Ciudad de México a Monterrey debido a que José Antonio Quevedo y
un servidor perseguimos desde hace meses
un ave muy especial y hoy, por fin la Secretaría de la Defensa Nacional nos ha
autorizado a visitar la base aérea número 14 en Apodaca, Nuevo León para
conocer de cerca y de modo muy personal
a los más nuevos y probablemente los mejores helicópteros que vuelan en éste
país, los UH-60M Black Hawk de la Fuerza Aérea Mexicana.
Al comenzar nuestro descenso sobre
Monterrey y a medio dormir escucho a
Pepe grabar uno de los videos promocionales para ésta página, el cual es
magnífico salvo que reporta su aterrizaje en un aeropuerto que no es en el que
estamos aterrizando, pero si tomamos en cuenta que nos despertamos y preparamos
el equipo fotográfico desde las 3 de la mañana y que hasta a los aviadores más
experimentados les pasa en la vida real, no veo por qué habría de decirle algo
hasta una hora después….cuando por fin pude despertar.
Después del aterrizaje y ya más
despiertos, salimos del aeropuerto y
abordamos un taxi que nos deja justo en la puerta de la BAM 14, llegamos dos
minutos antes de la cita y casi de inmediato un Capitán y un Teniente pilotos
aviadores de la FAM nos reciben e invitan a pasar a la base. La plática se vuelve
casual y amena y como suelo ser más aprehensivo que Pepe comienzo a hacer
preguntas sobre los detalles de la visita y las fotos, siempre las fotos… Pepe
sale al quite y domina la situación mientras que el General Comandante de la
BAM 14 nos hace una amigable recepción y nos honra al invitarnos a desayunar chilaquiles con
costilla. Para éste momento la conversación comienza a girar, como es habitual en estos casos, en torno de
aviones, helicópteros y más aviones; sin embargo la hora llega el UH-60M nos
espera.
Mientras que el pre vuelo se lleva a
cabo, la tripulación comienza a dar un briefing tardío porque el real se hizo a
las 6 am, mientras nosotros estábamos en
estado catatónico camino de Monterrey. Sin embargo nuestra tripulación es de
una pieza y tienen la amabilidad de hacernos uno más breve para tener una idea
de a que nos vamos a enfrentar hoy, el tema es apoyo a la población en caso de desastre, Plan
DN-IIIE y operaciones en apego a derechos Humanos. De inmediato tenemos luz
verde para ocupar nuestros lugares, nos proveen cascos, nos conectan al sistema
de comunicaciones y nos declaramos listos para despegar. Hablo por Pepe y por
mí al pecar de inocentes por creer que documentaríamos un vuelo suave de
entrenamiento. Que equivocados estábamos.
Despegamos en alerta, Capitán al mando,
Teniente en las últimas fases de transición del S-70L al U-60M en la posición
de copiloto, la misión es encontrar y rescatar personas perdídas en la sierra a
causa del clima más terrible que puede haber antes de que ya no podamos
volar, es probable que haya un par de
mujeres en labor de parto, lo cual
aumenta la dificultad del ejercicio
y las probabilidades de que los dos grupos mueran por exposición. Las
comunicaciones con la Torre del Aeropuerto del Norte son copiosas y nos dan
prioridad, despegamos en un santiamén en dirección al noroeste, para rodear
alejarnos del corredor visual del aeropuerto y adentrarnos en la sierra.
La comunicación con los grupos se ha
perdido, el techo de nubes comenzó a bajar
y los pilotos se comunican con los demás miembros de la tripulación
para ver si el camino que serpentea
sobre las crestas de los cerros aparece, abajo todo es una alfombra verde de
arbustos medianos que crece entre cañones y barrancas. Finalmente el Especialista
de Mantenimiento que llevamos a bordo encuentra el camino, una delgada franja
de tierra que comenzamos a seguir no sin poco esfuerzo ya que el piloto debe
hacer giros cerrados y virajes entre la sierra, que de no hacerlos podríamos pasar
de largo a quien trate de cobijarse
entre los arbustos.
La sensación es increíble vamos volando
siguiendo el contorno de las elevaciones
y virando de un lado a otro, estamos viviendo algo que pocos han
documentado antes, los riesgos que los
aviadores toman en cada vuelo de apoyo a los planes DN-IIIE, aunado a las más
severas condiciones climatológicas en una operación real, pero las habilidades
de vuelo son de primer nivel, en ningún momento hay una duda, ningún
trastabilleo, la comunicación es la exacta, el manejo del aparato es
soberbiamente profesional, en mi cabeza pienso, por esto se compraron los Black
Hawk, los Mi-17 jamás podrían volar como lo estamos haciendo a la velocidad que
lo estamos haciendo y menos sin la aviónica ultramoderna de estos helicópteros.
Finalmente entre los matorrales en una
ladera más cubierta del viento se distinguen varias ropas de color rojo, tiene
que ser ahí. El Piloto avisa que no da tiempo de rodear y realiza un giro de 180 grados mientras casi sin mover la nariz del Black Hawk de la referencia visual del grupo
extraviado, hacer eso no debe ser nada fácil. No hay tiempo de bajar el gancho
de rescate el piloto debe aterrizar y permitir que los especialistas asistan y
aborden a las personas extraviadas, que en este caso son menos de las
esperadas, y sin ninguna mujer a punto
de parir; eso podría significar muchas cosas, la única que se discute en el
helicóptero es que entonces hay dos
bebes por nacer con el otro grupo y hay que apurarse a encontrarlos.
Volvemos a despegar y el piloto cede el
mando al Teniente que va de copiloto, “ es tuyo, sácanos rasante y rápido” el Capitán comienza a buscar en su mapa
digital satelital las posibles
ubicaciones del grupo perdido sin apartar a vista del tablero usando el
joystick que tiene sobre el panel central mientras que sin dudarlo el ahora piloto mueve su cíclico
y colectivo haciendo que el Black Hawk salga
disparado acelerando tremendamente
sobre el piso, vamos hacia las ultimas coordenadas del segundo grupo con
más preocupaciones y cada vez menos tiempo.
Próximamente más información, estén al
pendiente
Excelente reseña!
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