Un cuento sobre el avión presidencial mexicano


Dentro de la polémica desatada en torno al anuncio del ejecutivo de la nación, sobre la rifa del avión Boeing 787 José María Morelos y Pavón el pasado mes de enero, la revista Letras Libres lanzó un concurso al que denominó “De Ficción a Ficción” invitando a quien lo deseara a participar con un cuento que debía iniciar con la oración: “Cuando despertó, descubrió que había ganado el avión presidencial…”, participaron 1,700 personas de acuerdo a lo publicado; en esta ocasión la suerte no nos acompañó y nos quedamos, como se dice coloquialmente, “en la raya”.

La revista anunció que previo acuerdo con los autores se reservaba el derecho de conservar los escritos, en lo personal no recibí comunicación alguna respecto de esto último y como las letras se plasman para ser leídas, he decidido compartirlo a través de este portal, espero sea de su agrado.



Ahora el cuento…


Un premio gordo.
Por: Ihuitl Maldonado Gastelum

Cuando despertó, descubrió que había ganado el avión presidencial. Al principio no lo creyó, vamos, se levantó y lo primero que hizo como todas las mañanas fue encender el televisor y su laptop, en el noticiero figuraba en la esquina inferior el número ganador, se le hizo conocido, se parecía al de él y con un poco de duda pero sintiendo ansía tomó su cartera para verificarlo… leyó el boleto, ¡exacto! era el mismo, se pensó dormido aún y dentro de un sueño, sin embargo el latido de su corazón aumentaba y el nerviosismo era patente; de inmediato reviso en la laptop el sitio de la Lotería Nacional, no había duda, todo concordaba, ¡se había ganado el Avión Presidencial!, regreso la mirada al noticiero donde el locutor pedía al poseedor del boleto se comunicara, mientras sentía como sus manos empezaban a sudar copiosamente.

¡Diablos!, pensó, ¿qué le voy a decir a mi mamá?, después de todo el solo era un estudiante de aeronáutica que en un arranque de entusiasmo había comprado el boleto teniendo como consecuencia que caminar toda la semana de ida y regreso a la escuela, seguro le iban a llamar la atención, pero más complicado aún, ¿qué iba a hacer con el bendito avión?; decidió no hacer nada por el momento, que tal y si alguien le quitaba el boleto; pensó en un vaso de leche tibia y se encaminó a la cocina, la leche tibia siempre aclaraba las ideas, tras esta relajante acción decidió que sí se lo iba a comentar a su mamá, ella aún se encontraba preparándose para ir a su trabajo en el aeropuerto como técnico de aviación, se paró junto a la puerta de la habitación y tras mediar los buenos días y el riguroso beso a la autora de su existencia le soltó la noticia sin más; el estrepito que causó la taza de café que ella bebía en ese momento al estrellarse contra el piso más el tono de voz con que se dirigió hacia él le dejó en claro que efectivamente no se encontraba soñando.

Había que tomar acción, le estaba sucediendo lo que millones de personas esperaban a lo largo de su vida, ¡pegarle al gordo! y vaya manera, ahora había que reclamar el premio, claro está que el cobro del boleto ganador no era como tradicionalmente se hacía, esto es, te presentas, te dan un cheque y lo depositas a tu cuenta de banco, esto era un poquito más complicado. Su madre decidió consultar con el abogado de su empresa, el cual era una persona mayor y digna de todas sus confianzas, llegaron a su despacho y le dieron la noticia, la reacción del abogado fue diferente, se recostó en su sillón, entrelazo sus manos y a través de sus gruesos anteojos miró fijamente al muchacho pensando en lo intrincado de la vida que de un momento a otro cambiaba de rumbo sin pedir consentimiento; tras un par de horas, revisión de leyes,  jurisprudencias, varias llamadas telefónicas y sobretodo tomar la decisión de qué hacer con el avión, salieron a la calle con rumbo a uno de los edificios más antiguos de la ciudad, el de la Lotería Nacional, en la escalinata de acceso se aglutinaba un numeroso grupo de personas entre reporteros, curiosos y autoridades, agradecieron entonces el haber ido acompañados del chofer y el ayudante del abogado quienes abrieron camino; subieron atravesando el grupo, mismo que afortunadamente no les prestó atención, quizá porque esperaban a alguien diferente o que arribara alardeando el haber obtenido el premio, llegaron a la ventanilla de pagos y parsimoniosamente el joven presentó el boleto al encargado de la misma, este lo tomo con gran displicencia y tras revisarlo levanto la vista hacia el estudiante que ahora con una gran sonrisa le había entregado el pedazo de papel, se contagió y con paso alegre llamó a su supervisor que de inmediato se presentó todo nervioso seguramente por la responsabilidad que implicaba el entregar un premio de esa magnitud, este le solicitó su identificación oficial e inicio el trámite correspondiente.

La noticia corrió rápidamente, ¡ya existía un ganador del avión presidencial!, un joven… un estudiante… de aeronáutica… ¿Cómo se llama?, ¿Dónde vive?, ¿Tiene novia? Miles de preguntas surgieron al unísono y por supuesto toda la atención hacia su persona, de inmediato el locutor que presentaba las noticias cada mañana se encontraba parado frente a él buscando una exclusiva; presto, el abogado tomó el control de la situación, acción que a hijo y madre alivió, el hombre mayor satisfizo en la medida de lo posible la curiosidad de la muchedumbre, indicando por supuesto se iniciarían los trámites necesarios para hacerse del bien, futuro del cual se hablaría más adelante, una vez firmados los documentos correspondientes procedieron a retirarse entre empujones que amortiguaban el chofer y el ayudante.

Los días siguientes quedarían en su memoria como quizá los más intensos de su vida, fuera del edificio donde vivían literalmente habían acampado los medios de comunicación, no se podía salir ni entrar fácilmente; la universidad donde estudiaba por supuesto se había enterado del hecho y tras una solicitud por parte de la madre, el rector había dispuesto que un vehículo pasara por él todas las mañanas y por supuesto lo llevara de vuelta, su departamento se tornó en prisión pues no podía abandonarlo ni para caminar hacia la esquina de su calle; por supuesto en el plantel se había vuelto toda una celebridad, amigos le salían a cada paso y aquellos que otrora lo fastidiaban ahora resultaban ser sus protectores, los sitios en redes sociales donde publicaba se desbordaban de comentarios, halagos e incluso amenazas, incluso hubo mujeres que sin pensarlo mucho le manifestaban el deseo de ser su pareja, incluida una venerable señora de más de setenta años que le propuso matrimonio, ¡de un día a otro le había llegado la fama!

Transcurrieron alrededor de tres semanas desde que se había presentado a reclamar el premio y por fin llegó un aviso citándolo para formalizar la entrega de la aeronave, este indicaba presentarse puntualmente dos días después en lo que fueran las instalaciones del hangar presidencial; el que ahora figuraba como su abogado se encargó de los arreglos necesarios; el día llegó y se dispuso junto a su mamá a enfrentar el destino que la vida les había planteado, salieron del departamento y se encaminaron hacia el aeropuerto; la escena era digna de un jefe de estado, el noticiario dispuso que un helicóptero cubriera el trayecto en lo que por supuesto era el evento del año, las imágenes transmitidas en directo presentaban una comitiva encabezada por el vehículo de su familia seguido de los vehículos del abogado, sus amistades más cercanas, los medios de comunicación y por supuesto de curiosos, todos flanqueados por motos y patrullas de seguridad pública, al tomar la avenida hangares notaron una valla humana que los saludaba y mostraba pancartas y mantas de buenos deseos y una que otra consigna, doblaron en el trayecto final arribando a las instalaciones donde el otrora avión presidencial DC-3 llamado “El Mexicano” los saludaba, flanquearon el arco que indicaba su destino, resguardado celosamente por la policía militar que les indicó donde parar y a donde dirigirse.

En el patio central de las instalaciones se habían dispuesto varias hileras de sillas pues la concurrencia era nutrida, tras unos minutos la ceremonia dio inicio, en el acto se encontraban reunidas varias personalidades: los secretarios de Comunicaciones y Transportes, el de Defensa Nacional y el interventor de la secretaría de gobernación, quienes en su turno brindaron sendos discursos, finalmente llegó el momento, tenía que pronunciarse, indicar que iba a hacer, el maestro de ceremonias dijo su nombre y la multitud calló.

En el patio central de las instalaciones se habían dispuesto varias hileras de sillas pues la concurrencia era nutrida, tras unos minutos la ceremonia dio inicio, en el acto se encontraban reunidas varias personalidades: los secretarios de Comunicaciones y Transportes, el de Defensa Nacional y el interventor de la secretaría de gobernación, quienes en su turno brindaron sendos discursos, finalmente llegó el momento, tenía que pronunciarse, indicar que iba a hacer, el maestro de ceremonias dijo su nombre y la multitud calló.

Se dio cuenta que estaba aferrado a la mano de su madre, quien con un gesto protector lo calmó e impulso a hablar, se levantó y encaminó hacia el pulpito encarando a los allí presentes con el avión José María Morelos a sus espaldas, estimados amigos, buenos días…





Comentarios

Entradas populares